Chistes Verdes

Chistes verdes para adultos, cortos, de jaimito y algunos de yayo también, los mejores chistes verdes.

260 Chistes Verdes

Un tipo se va de vacaciones con su mujer. Como quiere que ella disfrute, elige el que les recomienda la agencia. El establecimiento parecía muy lujoso y tenía un precio razonable.
Pues bien, mientras estuvieron allí, todo fue sobre ruedas hasta que llegó el momento de pagar la cuenta...
La factura se había disparado hasta unas cifras desaforadas.El hombre se dispuso, lógicamente, a cursar la correspondiente queja, puesto que en la agencia de viajes el presupuesto que les habían facilitado era bastante más barato.
- Oiga, verá es que he estado mirando la cuenta, y aquí hay cosas que están equivocadas.
-A ver dígame...
-Mire, aquí dice: "Uso de piscina 400 euros", y ni yo ni mi mujer hemos ido un sólo día a la piscina.
- Ya, pero hay piscina, la tenía a su disposción y si no la ha usado es su problema...
- También dice: "Uso de la biblioteca: 200 euros" y ni sabía que existía una bliblioteca.
- Mire usted, existe y si no la ha usado eso es algo que a nosotros no nos importa.
- Y que me dice lo de: "Consumo bebidas en mini-bar: 630 euros". ¡No hemos probado ni gota de alcohol!
- ¿Qué quiere que le diga..., ahí lo tenía...
- Bien. La cuenta asciende a 4800 euros ¿verdad?, pues aquí le dejo 2000 y damos por zanajada la cuestión.
- ¿Cómo dice?
-Lo que ha oido.
-Pero faltan 2.800 euros -protesta el empleado del hotel.
- Sí, pero es lo que les cobro por hacerlo con mi mujer.
- ¡Pero si no la hemos tocado! Le juro que ni un empleado de este hotel ha hecho el menor intento...
- Sí, pero ahí la teníais. ¡Si no lo habéis hecho es vuestro problema!

- Buenas tardes ¿me vende unas gafas de sol?
- Aquí tiene
- Gracias
- De nada, pero deje de mirarme las tetas
- Unas más oscuras, por favor

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En lo que a comportamiento sexual se refiere, la mujer puede ser de cuatro tipos: la asmática, la matemática, la religiosa y la asesina. Al menos eso dicen los expertos ¿Cómo se reconocen? La asmática susurra: "Ah, ah, ah....", la matemática: "Más, más, más..." la religiosa dice: "¡Ay, Dios mío! y la asesina: "¡como te corras te mato"

Un hombre entra a un bar una noche,va a la barra y pide una cerveza.
- Por supuesto Sr., es un céntimo
- ¿Un céntimo?! exclamó el hombre.
Entonces echó una mirada al menú y preguntó:
- ¿Me podría preparar un chuletón bien jugoso, con patatas y 2 huevos fritos?
- Por supuesto Sr. -le dijo el barman-, pero eso le saldrá más caro.
- ¿Cuánto? -preguntó el hombre-.
- 4 céntimos -le dijo el barman-.
- 4 céntimos, ¿Dónde está el dueño de este lugar?"
El barman le responde:
- Arriba, con mi mujer.
El hombre volvió a preguntar:
- ¿Y qué está haciendo arriba con su esposa?
El barman respondió:
- Lo mismo que yo le estoy haciendo a su negocio.

- Verá doctor, tengo un problema. Cuando hago el amor con mi mujer, me da la impresión de que no siente nada. Algunas veces incluso se duerme.
- Eso tiene una explicación científica. Algunas mujeres en estado de excitación se acaloran tanto que les es imposible sentir nada. Trate de hacer el amor y abanicarla al mismo tiempo.
- Gracias doctor.
Y esa noche así lo hizo. Pero cuando atendía al abanico no atendía a lo otro. Así que contrató a un negro para que abanicase a su señora.
- Venga, negro, abanica. ¿Sientes ahora Maruja?.
- No, nada.
- ¡Más fuerte negro! ¿Y ahora, Maruja?
- Nada, nada.
- Negro, trae el abanico y ponte tú.
El negro se situa encima de Maruja y el marido abanicaba.
- ¿Y ahora Maruja? ¿Sientes?
- Siiiiiiií, siiiiiiiiiií, ahora siiiiiiií!
- ¿Ves negro? ¡No sabes ni abanicar!

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Un hombre se encuentra con un amigo por la calle y le dice:
- Manolo ¿qué te pasa que estás blanco?
- Nada Pepe, que vengo del médico y me ha dicho que deje de beber, fumar, hacer el amor...
- Y ¿qué vas a hacer?
- Pues qué quieres que haga Pepe, cambiar de médico.

- Cariño, se te ve el sujetador.
- Eso no es malo. Hay quien lo enseña adrede.
- Lo que tú digas, pero así no salgo contigo a la calle, Juanjo.

- Doctor, ¡ya no aguanto más! A pesar de todos mis esfuerzos, mi marido no me considera. Desde que nos casamos, él sólo habla de su mamá, mamá, mamá..... 
¡es como si yo no existiese!
   El psicólogo le pregunta si ya probó con hacer una cena especial.
 - Sí, pero no ayudó nada.
 - Tengo una idea, señora  -dice el psicólogo.
 - Si hay un lugar donde su suegra no puede rivalizar con usted, es en la cama. Esta Noche usted se viste con un vaporoso negligé y camisón negro de encaje,
todo transparente. Además póngase medias de encaje, un mini tanga y liguero negro, el color negro es muy sexy y excitante, maquíllese, use altos tacones
de pulsera, negros obviamente, además cambie las sábanas; coloque sábanas de seda, con ese ambiente seguro que no resiste. Si puede coloque unas velas
en lugar de luz eléctrica.
   La despampanante joven siguió todo el plan al pie de la letra, sin olvidar ningún detalle. Sentía un leve rubor en todo su cuerpo al preparase para
su esposo.
   La verdad es que ella misma nunca se había sentido tan sexy, provocadora y voluptuosa, al mirarse de cuerpo completo en el espejo, sintió deseos por
ella misma, de tan sexy que se veía.
   Al llegar el marido adopta una postura provocativa; él entra a la habitación, la ve y gritando pregunta con cara de desesperación:
 - ¿Por qué estás toda de negro? ¿Le pasó algo a mi mamááá?

Estaba Noé en el arca con todos los animales, y para que no se reprodujeran, le corta el miembro a todos los machos y los pone en un saco grande, después de los 40 días de diluvio cuando ya están en tierra firme los reúne para devolverle su respectivo a cada uno...
Primero saca la del león y dice el león: esa es mía
Saca la del cerdo y dice el cerdo: esa es mía...
Luego saca la del burro, y la mona le dice al mono que tiene al lado: ¡dile que es tuya, dile que es tuya!

Entra a un café un hombre llevando a un mono con una correa.
Se sienta, pide una bebida para él y un zumo de plátano para el mono.
El animal se toma el zumo, tira el vaso al suelo y comienza a correr por todo el bar, lanzando gritos y haciendo destrozos.Finalmente, llega a la mesa de billar, se para, ve la bola blanca que esta sobre el paño
de la mesa; la agarra y se la come.
El dueño del bar, enfurecido, le recrimina al hombre:
- Óigame, usted, ¡Ese mono suyo es un salvaje, primero me destroza el bar y después se come mi bola de billar! Los voy a echar a patadas a usted y a ese bicho de mierda.
El hombre, avergonzado, le dice al dueño:
- No se preocupe amigo, yo le pago por todos los daños.
Dicho esto, saca un fajo de billetes y se va.
Al cabo de una semana vuelven el hombre y su mono al mismo bar. El hombre pide un trago para él y un zumo de plátanos para el mono. El mono esta vez se comporta decentemente; se toma su trago y se pone a caminar mesa por mesa, pero sin romper nada. En esto que ve sobre una mesa un helado con una cereza encima. Agarra la cereza, la mira bien, y procede a metérsela en el culo con toda delicadeza. Se la saca, la vuelve a mirar, y se la come.
El dueño del bar, indignado, otra vez le recrimina al hombre:
- Oiga! Ese bicho asqueroso suyo es un inmundo!. ¿Vio lo que hizo? Delante de todos mis clientes, se mete una cereza en el culo y después se la come.
A lo que el hombre le contesta:
- Si, mire, tiene que comprenderlo, con lo que le costó cagar la bola de billar, ahora antes de comer cualquier cosa primero la mide.

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