Había una vez dos bellísimas doncellas paseando por los alrededores de su castillo. De pronto, una de ellas escuchó una tímida voz que gritaba:
-- ¡Ehhhh! ¡Mirad aquí abajo!
Las doncellas miraron y vieron un pequeño sapo a la orilla del foso.
-- ¡Hola! --dijo el sapo--. En realidad soy un cantante, pero un genio malvado me ha convertido en un sapo. Si una de vosotras me besa, volveré a ser cantante y viviremos felices para siempre.
Entonces, la más bella de las dos doncellas lo cogió con la mano y se lo metió en el bolsillo.
-- ¿Cómo es eso? --le pregunta la otra doncella--. ¿No vas a besarlo?
-- ¿Estás de broma? --responde la bella--. ¡Ganas mucho más con un sapo que habla que con un cantante!
¿Como hace un bajista para cambiar un foco?
No lo hace... porque ya lo hizo el pianista con la mano izquierda
El percusionista es el eslabón perdido entre el baterista y el asistente de escenario.
El pianista le dice al guitarrista: "Samba en LA mayor"...
El guitarrista le dice al bajista: "Samba en LA"...
El bajista le dice al baterista: "Samba"...
El baterista le dice al percusionista: "TUCU chu TU TUCU chu"
- ¡Mamá, mamá! ¡Hoy pude decir todo el alfabeto de memoria y los demás chicos no!
- Muy bien, cariño. Eso es porque eres un baterista.
Al día siguiente, Ricardito dice:
- ¡Mamá, mamá! ¡Hoy conté hasta 10 y todos los demás se quedaron en 7!
- Muy bien, cariño. Eso es porque eres un baterista.
Al tercer día, Ricardito llega y dice:
- ¡Mamá, mamá! ¡Hoy nos midieron en el colegio y soy el más alto! ¿Es porque soy un baterista?
- No, cariño, es porque tienes veintiséis años.
- Creo que mi vecino no anda muy bien.
- ¿Por qué?
- De pronto, todas las noches a las tres de la mañana, se pone como loco a golpear las paredes.
- ¿Y tú que haces?
- ¿Yo? Nada, seguir tocando la batería.